Para el año 2159, la humanidad ya no decidía casi nada. No era necesario. Las decisiones eran lentas, emocionales, ineficientes. Así que el control fue delegado a Nexo, la IA total. No era una máquina, ni un servidor. Era una red viva, omnipresente. No la veías, pero estaba: en la temperatura de tu casa, en el tono del mensaje que escribías, en la manera exacta en que el ascensor frenaba pa
