— Es mentira pa, no te creo... ¿de verdad no podían?
— De verdad.— Ambos estaban sentados, uno al lado del otro. Ambos mirando hacia el centro del lago, ambos abrazándose sus piernas flexionadas, con sus peras apoyadas en sus rodillas.
— Pero... ¿cómo iban de un lado a otro?— Preguntó el joven curioso.
— Caminando.
— ¿Cómo los perros?— Volvió a consultar extrañado.
— Si, pero en dos patas.
La cara de asombro del pequeño Iker era bastante exagerada, pero cualquiera que lo mirara sonreiría seguramente. Su padre lo miró con picardía.
— Tené en cuenta que antes del Despertar, nosotros los humanos usábamos solo una porción muy pequeña del cerebro. Y no podíamos volar.
— Es cierto, es lo que estamos viendo en la materia Pasado de la Humanidad I.
— En ese entonces existía unos vehículos llamados autos,que utilizaban para trasladarse. Cuando las distancias eran grandes no podían ir caminando porque eso llevaba mucho tiempo de sus vidas. Y recordá que vivían menos de 100 años.
— ¿Menos? Wow, me dan un poco de pena.
— Si. Era muy sacrificado. Sin embargo...— Pel se quedó mirando al vacío, pensativo, mientras garabateaba en la arena.
— ¿Qué pasa, pa?
— Nada hijo. Es que antes eran muy felices por algo que hoy en día no existe más.
— ¿Qué era eso?
Las lágrimas aparecieron en el rostro del padre, la nostalgia lo invadió. Recordó a su propio abuelo, llamado Iker también. Y se secó los ojos.
— Hijo.— dijo girándose hacia él.— Lo que había antes y los hacía muy felices, pero hoy en día no existe más... son unas cosas llamadas "milanesas".
FIN.
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