— Tienes algo verde entre los dientes — dijo el operador 1.
— Puede ser, acabo de comer una pizza con orégano en el almuerzo — replicó indiferente el operador 2.
Ambos estaban sentados con los brazos apoyados sobre el simulador Sim 488, observando cómo el líder gesticulaba frente a los votantes que ingresaban sin cesar al edificio. Envidiaban profundamente su eficacia en el trabajo, producto de su energía aparentemente ilimitada.
— ¿Sabes? Creo que podría hacer el trabajo que él hace mucho mejor, incluso, si me pagaran un poco más. Al fin y al cabo, convencer a las almas de que voten directamente, sin perder tiempo en el simulador, es realmente sencillo — mencionó el operador 2 mientras se sacudía las migajas de pizza de la túnica blanca.
El operador 1 lanzó una carcajada que hizo llamar la atención al líder.
— No me hagas reír, por favor, que nos va a venir a regañar como siempre. Ni siquiera entre los dos hacemos este trabajo tan eficientemente como él. ¡Sobre todo con tu torpeza! Tus codos nos han causado bastantes problemas ya... — el operador 1 miró el reloj nuevamente mientras hablaba.
— ¿Ya casi es hora de tu almuerzo, no? Ponte a rezar para que no ingrese nadie al Sim 488 hasta que salgas a comer — dijo el operador 2, acariciando la máquina simuladora del tamaño de una mesa. Hablando de rezar... el líder utiliza mucho eso de que es mejor que Dios te guíe en la elección, ¿no?
— Pues, a decir verdad, no lo sé. Pero creo que sí. Son tan inocentes que quizás no se dan cuenta de que pueden elegir lo mejor para ellos en el mundo paralelo, en el mundo "real", como les suelen decir. Si usaran más los Sims, podrían hacer simulaciones de cómo sería su vida dependiendo de la elección. Por ejemplo, qué carrera universitaria elegir, si continuar o no con una pareja. O como ahora, a quién votar para presidente de su país. Son tan afortunados de tener libre albedrío que me da un poco de bronca que no lo usen adecuadamente — dijo el operador 1, haciendo alarde de su gran capacidad explicativa.
El operador 2 se rascó la cabeza, seguramente porque no habrá entendido alguna parte de la explicación. Como en todos lados, hay ángeles inteligentes y ángeles un poco lentos.
El líder interrumpió con su simpatía de siempre, acompañado de un alma de un brillo azul hermoso.
— Estimados, les traigo su primer trabajo del día. ¡Vamos, alegría!
El operador 1 miró el reloj con un claro enojo. El operador 2 notó ese enfado y rápidamente dijo:
— Bienvenida, estimada alma, pase por aquí. — Y con un ademán, la invitó a sentarse en una silla vacía, frente a un panel con muchos símbolos. Gracias, señor líder, podemos seguir sin su ayuda.
El líder le guiñó el ojo y, sin mirar al operador 1, volvió a la entrada.
— Bien, vamos a lo nuestro con rapidez para no hacerle perder el tiempo — dijo el operador 1, con una evidente prisa por ir a su descanso. Este es Sim 488. Lo primero que debes hacer es poner tus datos en la consola, la elección que quieras simular, presionar el botón verde y observar por el visor.
El alma siguió las indicaciones a la perfección. Al presionar el botón verde, la máquina se iluminó suavemente, y un visor se elevó. El alma brilló un poco más, por la expectativa que eso le generaba.
Lo que vio fue la Tierra desde lejos, y gracias a la manipulación de palancas y botones de los operadores, se hizo un zoom a su país. Luego, otro zoom a diferentes zonas. Las imágenes mostraban lo que sería el mundo real meses después de las elecciones presidenciales. El brillo del alma de repente disminuyó: más pobreza, más muertes por inanición, dureza ante las protestas por parte del estado, y por otro lado, inacción total, los ricos haciéndose cada vez más ricos, la gente trabajando más.
Operador 1 y operador 2 se miraron con tristeza, y este último movió el brazo para hacerle una señal a su compañero. Su codo rozó la palanca sin querer, y el zoom fue hacia un hogar, donde había una persona sentada. Una persona hermosa, inteligente y muy interesante.
Una persona que, a pesar de todo lo que pasa alrededor, está leyendo con gusto este cuento.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario